- Extremadamente ligero.
- Comodidad.
- Adaptabilidad al calzado.
- Lavable.
- Buena adhesividad.
- Gran estabilidad.
- Capacidad de corrección biomecánica media.
A menos dureza del material tendremos más confort, y menos corrección. De esta manera utilizaremos menor dureza en caso de precisar un alto componente de amortiguación, y mayor dureza en casos de actividad física intensa.
Otra utilización realmente frecuente es la de forros superiores e inferiores para distintos tipos de soportes plantares.
El grosor de los forros varía de 1 a 3 mm, dependiendo del uso y espacio que tengamos en el interior del calzado. Cada vez es más frecuente la utilización de forros de 3 mm puesto que así alargamos la vida del forro y tenemos más confort en el contacto del pie del paciente con la plantilla.