En los últimos años la Podología ha avanzado de manera importante en el conocimiento de la biomecánica del pie y resto de aparato locomotor. Desde este blog pretendemos mostrar parte de esos avances, así como la solución mediante el uso de plantillas ortopédicas de algunas de las alteraciones más frecuentes.

lunes, 13 de enero de 2014

Las 4 características físicas del calzado


LONGITUD
El usuario del zapato debe calzarse ambos pies y comprobar que del extremo del dedo más largo al final del zapato resta aún entre 5 y 10 mm.

PESO
El peso del calzado está relacionado directamente con el consumo energético de la marcha. Es sencillo observar cómo un paciente  hipotónico camina o corre de manera más fisiológica con un calzado más ligero que con uno más pesado.

ROZAMIENTO
En cuanto a los factores de diseño que determinan el rozamiento de la suela del zapato con la superficie, éstos son fundamentalmente dos:
·       Las características del material de la suela.
·       La geometría de la suela, incluyendo el dibujo y forma de ésta.
En cuanto al material a utilizar deberá tenerse en cuenta el compromiso entre características, en ocasiones contrapuestas, asociadas a su comportamiento mecánico. Es decir, los materiales de la suela deberán presentar un coeficiente de fricción adecuado a los pavimentos urbanos, y a su vez, resistencia a la abrasión o desgaste de dicho material.
En este sentido se ha constatado que, en general, las suelas de goma o poliuretano tienen un buen comportamiento frente al rozamiento, es decir, tienen un buen coeficiente de fricción y son resistentes a la abrasión.
Para obtener un coeficiente de fricción adecuado a las superficies urbanas, en el diseño de las suelas es necesario considerar el área de contacto entre la suela y la superficie. El área de contacto, determinada por el diseño de la suela, es uno de los factores de mayor influencia en el comportamiento de los materiales sometidos a fricción. Cuanto mayor sea esta área, mayor será el coeficiente de fricción que puede obtenerse y menor, por tanto, el riesgo de caídas por resbalamiento.
Para evitar roturas en uso, los dibujos o ranuras situados en la zona del antepie no deben ser completamente perpendiculares al eje longitudinal del zapato pues, de este modo, se aumenta el riesgo de fallo prematuro de la suela en la zona de flexión.
En cualquier caso, características del dibujo de la suela tales como el ancho, la profundidad, el largo, la forma, la separación entre ranuras y el ángulo que forman respecto al eje del zapato dependerán del tipo de material y de su espesor.

AMORTIGUACIÓN
A la hora de seleccionar materiales y diseñar sistemas de amortiguación de cargas, debe tenerse presente que el criterio a seguir no siempre consiste en amortiguar tanto como sea posible. En este sentido, algunas investigaciones parecen indicar que existe un límite tras el cual puede modificarse la percepción de las cargas mecánicas actuantes sobre la planta del pie.
La percepción normal de dichas cargas es necesaria para poner en marcha reacciones neuro-musculares de las que depende el mantenimiento del equilibrio y la disipación de cargas de impacto.
Dependiendo de la magnitud de las solicitaciones mecánicas actuantes sobre la planta de los pies y de la capacidad neuro-muscular del sujeto para adaptarse a dichas solicitaciones, en la construcción del calzado pueden adoptarse dos estrategias:
·       Potenciar los mecanismos naturales de amortiguación.
·       Complementar la capacidad de amortiguación natural de los tejidos mediante el diseño de elementos y sistemas incluidos en el calzado.
Cuando las cargas y las necesidades de amortiguación no sean muy altas, y dependiendo de las características de los usuarios, se puede recurrir a potenciar la capacidad de amortiguación natural del pie y del tobillo. Dichas estrategias, destinadas a potenciar o a complementar la capacidad natural de amortiguación, abarcan actuaciones sobre la suela, el tacón, el corte y la plantilla.


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