En los últimos años la Podología ha avanzado de manera importante en el conocimiento de la biomecánica del pie y resto de aparato locomotor. Desde este blog pretendemos mostrar parte de esos avances, así como la solución mediante el uso de plantillas ortopédicas de algunas de las alteraciones más frecuentes.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Aplicaciones terapeúticas de las ortosis de silicona


Existen diferentes alteraciones digitales en el plano sagital. Seguidamente realizaremos un repaso de la posición patológica y de las posibles actuaciones terapéuticas.

DEDO EN MARTILLO
  • AMF en flexión dorsal. 
  • AIFP en flexión plantar. 
  • AIFD en posición neutra.

La zona comprometida por hiperpresión es la articulación interfalángica proximal a nivel dorsal.




Existen dos posibilidades terapéuticas dependiendo del paciente.

Ortosis con fronda dorsal para presionar la región retrolesional.


Ortosis con fronda dorsal con protección de la zona lesionada.



DEDO EN GARRA



  • AMF en flexión dorsal. 
  • AIFP en flexión plantar. 
  • AIFD en flexión plantar.

La zona comprometida por hiperpresión es la articulación metatarsofalángica proximal a nivel dorsal y el pulpejo.



Existen tres posibilidades terapéuticas dependiendo del paciente.

Ortosis con fronda dorsal para presionar la región retrolesional, y cresta subdigital.


Ortosis con fronda dorsal con protección de la zona lesionada, y cresta subdigital.


Ortosis con fronda dorsal con protección de la zona lesionada, cresta subdigital y protección del pulpejo.



DEDO EN MAZO



  • AMF en posición neutra. 
  • AIFP en posición neutra. 
  • AIFD en flexión plantar. 

La zona comprometida por hiperpresión es el pulpejo digital.



Existen dos posibilidades terapéuticas dependiendo del paciente.

Ortosis con cresta subdigital.


Ortosis con cresta subdigital y protección del pulpejo.



DEDO EN CUELLO DE CISNE
  • AMF en flexión dorsal. 
  • AIFP en flexión plantar. 
  • AIFD en flexión dorsal.

La zona comprometida por hiperpresión es la articulación metatarsofalángica proximal a nivel dorsal.




Existen dos posibilidades terapéuticas dependiendo del paciente.


Ortosis con fronda dorsal para presionar la región retrolesional.



Ortosis con fronda dorsal con protección de la zona lesionada.








miércoles, 20 de noviembre de 2013

Dismetrías: Tratamiento ortopodológico



Una dismetría consiste en una discrepancia de longitud entre los miembros inferiores.




Existen 3 categorías:
n
  • Estructural o anatómica, también denominada real: es la dismetría generada por un acortamiento real de algún segmento óseo
  • Funcional, también denominada aparente o falsa: es la dismetría generada por un acortamiento muscular o tendinoso, nunca de un segmento óseo.
  • Mixta: es cuando parte de la dismetría es de tipo real y parte aparente.



Diagnóstico:


La clave es la asimetría.
  • Hombros.
  • Caderas.
  • Pliegues glúteos y poplíteos.
  • Maléolos.
  • Desgaste del calzado.
  • Esguinces de tobillo unilaterales.
  • Huellas.

Medición de la dismetría:

Existen diferentes técnicas. Nosotros en clínica utilizamos un método sencillo y certero denominado MÉTODO INDIRECTO. Consisten en situar bloques de altura conocida bajo el pie del miembro más corto hasta que las caderas se nivelen. Una vez que ésto suceda procedemos a medir la dimensión de la misma. Es fundamental vigilar que el paciente mantenga las rodillas en extensión.


Compensación vertebral:

Se produce una escoliosis dorsolumbar para situar el centro de gravedad dentro del triángulo o base de sustentación, y de esa forma no perder el equilibrio. Podemos observar, fruto de esta compensación que la cintura escapular está inclinada de forma contraria a la pélvica, es decir, el hombro más bajo corresponderá a la cadera más alta.



Tratamiento ortopodológico:

El tratamiento se puede realizar mediante dos técnicas:
  • Alza, que consiste en una palmilla de material de alta densidad y resistencia a la presión, normalmente EVA de densidad 60-65º Shore.


  • Posteo elevador: Es un posteo que en lugar de fresarse hasta el cuerpo base de la plantilla se deja del grosor que se considere para compensar la dismetría.




Su utiliza Alza cuando no tenemos patología podológica, y Plantilla con posteo elevador cuando debemos tratar una patología podológica y una dismetría a la vez.

La altura que podemos introducir en un zapato es variable:
  • El calzado femenino no suele aceptar más de 3 milímetros.
  • El calzado masculino hasta 5 milímetros.
  • Las botas, tanto femeninas como masculinas aceptan entre 8 y 10 milímetros.

Medidas profilácticas:


  •  Somier y colchón resistentes.
  •  Asientos con respaldo anatómico adecuado.
  •  Cargar el menor peso posible, y con distribución simétrica y cerca del cuerpo.
  •  Natación simétrica y no agresiva. 
  •  Masoterapia para aliviar la contractura muscular, electroestimulación de la musculatura atrófica. 

lunes, 18 de noviembre de 2013

Elección de calzado para running

Correr es un deporte de impacto. Cada vez que damos una zancada en nuestra carrera todo nuestro cuerpo, pies, tobillos, miembros inferiores, columna vertebral, etc…, sufre dicho impacto.  
 
1. Elegir un buen terreno para correr.
En cuanto al terreno, el mejor, en lo que se refiere a absorción de impacto, es la tierra.

Las calles y aceras son terrenos duros y por lo tanto no absorben el impacto. En esta situación la importancia del calzado es fundamental.

La playa y la arena, constituye un terreno demasiado blando en donde se absorbe impacto sobremanera pero se pierde estabilidad y se aumenta la sobrecarga muscular, pudiéndose provocar lesiones tendinosas o articulares en tobillos y rodillas.

2. Elegir las zapatillas adecuadas.
Las zapatillas ideales tienen que ser capaces de amortiguar bien los impactos, proporcionar estabilidad, sujeción y además adaptarse a la forma de correr.
Sucede muchas veces que en el transcurso del uso de un par de zapatillas, comienzan a aparecer molestias y a veces lesiones, por una mala elección de las mismas.
También debemos tener en cuenta la vida útil de las zapatillas. Pasado ese tiempo, el comportamiento de los materiales, no es el mismo.
  
3. La pisada del corredor.
Hay tres tipos de pisada:
  


Pronador:
La característica del pie pronador consiste en una caida del pie hacia la zona interna del mismo.
Cuando corremos se produce una pronación natural para amortiguar, es decir, el arco baja discretamente su altura, pero si esto es exagerado se entra en lo que conocemos como corredor pronador.
Un 50 % de los corredores, padece sobrepronación.

Neutro
Significa que los pies no tienden a girar ni hacia el interior, ni hacia el exterior cuando se corre.
El pie normal, es aquel cuyo apoyo comienza por la parte externa del talón, ejerciendo a continuación una discreta pronación por parte del mediopié y despegando el antepié entre el 1º y 2º metatarsiano.
Aproximadamente un 40% de los corredores, tienen pisada neutra.

Supinador
Entendemos por supinación el efecto contrario a la pronación, es decir cuando hay una ausencia o disminución del efecto pronatorio fisiológico, ofreciendo un apoyo por la parte externa del pie.

Se trata de un pie muy estructurado y con poca movilidad con una bóveda plantar aumentada y el tobillo con inestabilidad exterior.
Esta alteración es poco frecuente, aproximadamente el 10% del total de corredores son supinadores, y a menudo se confunde con el desgaste excesivo de la zona externa del talón.
Los supinadores comprimen y desgastan sus zapatillas a todo lo largo de los bordes externos y no sólo en la zona del talón.

4. Análisis de la pisada.
Muchas veces los pies en posición estática pueden comportarse en forma totalmente distinta a cuando están en movimiento al desplazarse durante la carrera.
Se dan los casos de que un par de perfectos pies normales en posición estática pueden transformarse en pies pronados durante la carrera.
Por lo tanto, la huella plantar únicamente nos da una primera aproximación de lo que puede esperarse del mismo pie en movimiento.
De aquí la importancia que la exploración de los pies de un atleta en movimiento, revisando además su historial de lesiones y analizando a su vez los desgastes, deformaciones y alteraciones del calzado deportivo usado, ya que las zapatillas usadas muestran en forma fidedigna lo que le ocurre a los tobillos y los pies del deportista durante la acción deportiva.
Al tomar en cuenta todos estos elementos, el diagnóstico acerca del tipo de pisada de cada atleta será más preciso.

5. Centros de análisis del movimiento.
Profesionales de la Podología estudiamos la dinámica del corredor y elaboramos informes conteniendo observaciones y conclusiones específicas para la corrección de las alteraciones encontradas.

6. Corrección en el calzado del corredor.
Existen diferentes tipos de zapatillas para realizar la carrera. La gran mayoría son neutras, pero también las hay reforzadas en sus materiales por la zona interna para los pacientes pronadores, y por la zona externa para los supinadores.







viernes, 15 de noviembre de 2013

El pie como mecanismo de drenaje venoso


El pie se comporta como una bomba venosa en su región plantar (Figura 1), favoreciendo junto con el Soleo y Gemelos (Triceps Sural) el correcto retorno venoso.


Figura 1



El retorno venoso de los miembros inferiores está favorecido por la dinámica muscular del pie y los músculos posteriores de la pierna, denominada bomba venosa de Bauer (Figura 2), ambos sistemas forman un drenaje venoso ascendente.

Figura 2



Al caminar, se vacían a cada paso las venas plantares, complejo venoso conocido como suela venosa de Lejars (Figura 3).

Figura 3



ESTUDIO DE LA FASES DE LA MARCHA Y SU RELACIÓN CON EL DRENAJE VENOSO

Fase de apoyo de talón:
Es importante tener una cantidad mínima de grasa plantar en el talón (Figura 3A) para que actúe de compresor y así mejorar el empuje de la sangre en sentido craneal (ascendente), si no es así deberíamos ayudar con materiales de ese tipo en las plantillas para incrementar el tránsito venoso a nivel del talón en el impacto de éste contra el suelo.

Fase de apoyo medio plantar:
Se presiona la vena plantar externa desplazando el retorno venoso hasta el talón. (Figura 3B)

Fase de despegue:
Un correcto despegue por el borde interno del pie, más concretamente por el primer dedo permitirá un retorno venoso más poderoso. (Figura 3C) Si algo no funciona correctamente en esta fase de la marcha, frecuentemente una insuficiencia del primer radio, se dificultará el retorno venoso hacia la vena tibial posterior.


PATOLOGÍAS QUE FAVORECEN UNA MALA FUNCIÓN VENOSA

Dismetría:
Un miembro más corto que otro hace que varíen las presiones y las cargas de los pies, y la red venosa y dinámica del paso no funcionen correctamente.

Pie plano valgo (pronado):
El aplanamiento o pronación del pie generan un fracaso de la red venosa plantar. Las plantillas controlan el exceso de pronación, estabilizan el pie y mejoran el apoyo. Un correcto apoyo a nivel del arco longitudinal es fundamental para facilitar el mecanismo de funcionamiento de la bomba plantar.

Pie Cavo:
Sufre una escasa activación muscular tanto por el apoyo del talón con excesiva violencia y poca grasa plantar, así como poca actividad muscular a nivel de la pierna. Las plantillas mejoran el apoyo del talón, e incrementa el funcionamiento de la bomba venosa plantar mediante el contacto íntimo con el arco longitudinal interno de la plantilla.



lunes, 11 de noviembre de 2013

Estiramientos musculares del triceps sural


     Esta técnica juega un importante papel en el tratamiento de la fascitis plantar y las contracturas del triceps sural.

     Incrementar la elasticidad de la musculatura posterior de la pierna es importante. Estos ejercicios se realizan habitualmente con ayuda de la pared ó escalones. (Figuras) Estas posiciones se deben mantener durante un tiempo prolongado, forzando la posición.


  


     Estas posiciones se deben realizar 100 veces al día por pierna, manteniendo y forzando la posición.
     Una de las claves del éxito es mantener la rodilla extendida, la otra... la constancia.




     También se utilizan para aliviar la fascitis plantar, aunque con éxito desigual, las maniobras dinámicas de “masajear” el arco del pie con un bote de bebida o una pelota de tenis. El masaje manual sobre la fascia plantar, así como el estiramiento mediante toalla pueden ayudar a aumentar la elasticidad de la misma.


Tratamiento ortopédico de la fascitis plantar

RESUMEN
La fascitis plantar es una causa frecuente de talalgia, dolor en el talón, en el paciente adulto. El dolor es originado frecuentemente por una degeneración colágena a nivel del origen de la fascia plantar en el tubérculo interno del calcáneo.
La causa de la degeneración son los microtraumatismos repetidos de la fascia plantar que sobrepasan la capacidad para la autoreparación de la misma.
Existen muchas posibilidades terapéuticas, tales como el reposo, estiramientos, fortalecimiento, cambio de calzado, arcos de apoyo, soportes plantares, férulas nocturnas, antiinflamatorios y cirugía. La fascitis plantar debe ser tratada con éxito mediante tratamiento personalizado.


INTRODUCCIÓN
La fascia plantar es una banda densa de tejido fibroso que tiene muy poca elasticidad.
El origen de la fascia plantar, la tuberosidad plantar interna del calcáneo suele ser la zona de mayor frecuencia en relación al dolor de la misma.
La tensión de la fascia plantar aumenta proporcionalmente con la pronación o aplanamiento del arco plantar, de tal forma que podemos comprobar como uno de los síntomas repetidos en pacientes pronadores es la irritación e inflamación de esta estructura.


FUNCIONALIDAD
Estabiliza el pie gracias a su resistencia, evitando que el arco longitudinal interno disminuya en su magnitud durante la fase de apoyo medio.
Además permite la absorción de impactos durante la marcha humana.

CAUSAS DE LA FASCITIS
Los individuos con pies planos, pronados o cavos (Figura) incrementan el riesgo de desarrollar fascitis plantar. Los pronadores tensan la fascia plantar principalmente durante el apoyo completo del pie, que desemboca en una tracción exagerada de dicha fascia. Los pacientes con pies cavos tienen un exceso de tensión en su fascia plantar.





En pacientes deportistas el sobreesfuerzo es la causa más frecuente de fascitis plantar, especialmente la carrera, la cual produce microtraumatismos que afectan al colágeno tisular y no permite la regeneración del mismo.
Esta patología también ocurre en pacientes de edad más avanzada, en los cuales el problema es más biomecánico que de sobreuso. A menudo presentan hipotonía muscular que degenera en un aplanamiento plantar, así como un descenso de la capacidad de regeneración tisular antes comentada.


CLÍNICA
·       Dolor en el tubérculo posterointerno calcáneo plantar. En ocasiones irradiado a toda la fascia plantar. El dolor puede exacerbarse realizándose una dorsiflexión pasiva de las articulaciones metatarsofalángicas, manteniendo al paciente de puntillas o de talones, es decir, realizando maniobras para tensar la fascia plantar.
·       Dolor inflamatorio (muy característico) en los primeros pasos.
·       Tiempo de evolución generalmente mantenido, cronificado.


TRATAMIENTO ORTOPODOLÓGICO

SOPORTES PLANTARES O PLANTILLAS ORTOPÉDICAS
Los soportes plantares se deben realizar mediante impresión previa y estudio biomecánico y el objetivo a cumplir será el evitar las alteraciones mecánicas del paciente como pueden ser pies pronados, planos, cavos, y discrepancias de longitud de los miembros inferiores.
Para pacientes con fascitis plantar la prescripción varía según la patología de origen en soportes de EVA de diferentes densidades con apoyo de arcos plantares y lámina amortiguadora de Porón o material similar hasta subcapital o retrocapital (Figura), ó soportes de polipropileno de 2 ó 3 milímetros posteados en EVA de alta densidad para mantener la corrección de la posición del talón, y talonera de Porón o material similar para aumentar la amortiguación durante el impacto del talón. (Figura)







CALZADO
Los pacientes a menudo encuentran que con zapatos con suela amortiguadora, tipo etil vinil acetato de alta densidad como el que se utiliza en calzado deportivo, disminuye el dolor asociado a largos periodos caminando o en posición ortostática. Diferentes estudios muestran que el calzado deportivo pierde con el tiempo una parte importante de la capacidad de absorción de impactos. Así simplemente adquiriendo un nuevo par de zapatos se puede disminuir el dolor.
Las características que debe tener un calzado adecuado son: suela amortiguadora y contrafuerte semirígido de talón.


TALONERAS
Las taloneras son dirigidas teóricamente a disminuir la intensidad del impacto sobre el talón y también a relajar la tensión de la fascia plantar mediante la elevación del talón con un material blando. Se ha demostrado que el resultado positivo del tratamiento con esta terapia ha sido principalmente positivo en pacientes con poca grasa plantar en el talón ó con talones doloridos, pero no en fascitis plantar. Se ha mostrado como un tratamiento muy poco efectivo para esta patología.
        La utilización de taloneras elevadoras de alta densidad no mejoran la amortiguación ni disipan el impacto, solamente envían carga al antepié y relajan la musculatura posterior de la pierna, mientras que las de silicona y derivados son pesadas e inestables por su “flaneo”. Ninguna de estas taloneras proporcionan relajación de la fascia plantar.


CONCLUSIONES
Lo más importante en una talalgia es establecer un correcto diagnóstico. Por tanto nunca debemos olvidar el historial médico del paciente. Y recordar que en ocasiones la talalgia supone el síntoma inicial de patología sistémica
El tratamiento de esta patología comienza en la prevención. Debemos estirar antes y después de la práctica deportiva. 

viernes, 8 de noviembre de 2013

Molde en carga controlada sobre espuma fenólica


Descripción de la técnica del molde en carga controlada:

-      El primer paso a lograr es la posición fisiológica del paciente, para ello invitamos al paciente a caminar sobre el lugar para que adopte la angulación con el plano sagital medio, ángulo de Fick, fisiológica del mismo. Angulación a respetar durante la realización del molde en carga controlada. 
 
   


  

-      En segundo lugar enseñamos al paciente a colocar el pie en posición corregida, en nuestro estudio recordamos que la corrección será la disminución de la pronación subtalar, de esta forma nos será mucho más fácil el realizar el molde de forma correcta, aunque nunca dejaremos al paciente que hunda el pie cómo le hemos enseñado sin nuestro control, siempre tendremos nuestras manos en contacto con el paciente, y controlando el hundimiento de su pie sobre la espuma.  



  

-      El siguiente paso es, con el pie en la angulación fisiológica, colocar la caja del molde de espuma fenólica en contacto con la cara externa del pie, sin perder esa angulación elevar el pie y situar el molde debajo, nunca se debe buscar el molde con el pie, de esta manera perderíamos la posición fisiológica del paciente.
 
   


  
-       Tras la correcta colocación del pie sobre la espuma fenólica llegamos al siguiente paso que es el hundimiento del pie sobre la misma. Esta maniobra, que debemos recordar se realiza en corrección, debe ser uniforme, es decir, se debe presionar a la vez con antepie, mediopie y retropie. Se lleva a cabo lentamente y con total control de la posición corregida del paciente, esto último lo lograremos con el control sobre la torsión tibial interna y de la pronación mediante el control de la articulación subastragalina. Por último realizaremos una fuerza sobre el dorso de los dedos para acabar el molde negativo de espuma fenólica. Anteriormente le hemos explicado al paciente que nunca debe hacer garra con los dedos porque nos deformará el molde negativo. 

  




PROS Y CONTRAS DE LA TÉCNICA

A su favor tenemos varios puntos:
  1. Técnica rápida.
  2. Fiel si se ejecuta correctamente.
  3. Proceso de realización limpio.

En su contra tenemos los siguientes puntos:
  1. No tenemos marcha atrás tras el posible error.
  2. Difícil ejecución en algunos tipos de pacientes como son niños pequeños, pacientes con alteraciones neurológicas, etc…


ERRORES DE TÉCNICA:

Pasamos a enumerar los errores más comúnmente detectados en la ejecución de este tipo de molde:
  1. No respetar posición fisiológica del paciente en estática.
  2. No explicar al paciente qué vamos a hacer y cómo.
  3. No practicarlo en suelo y sobre espuma fenólica con paciente en bipedestación normal.
  4. No “hundir” el pie a la vez y poco a poco, manteniendo la corrección.
  5. Hipercorregir mediante Rotación Tibial Externa.
  6. El paciente pierde el equilibrio por no darle estabilidad.








lunes, 4 de noviembre de 2013

Biomecánica del pie en la carrera


El pie con sus 28 huesos, 55 articulaciones y multitud de ligamentos y músculos es un órgano perfectamente adaptado para cumplir con las múltiples exigencias de apoyo y locomoción, así como para la realización de movimientos más complejos.

Funciones dinámicas del pie
- Función motora: Nos permite el impulso necesario para andar,
correr y saltar
- Función de equilibrio: A expensas de la articulación del tobillo, los huesos
metatarsianos en el antepié y los ligamentos laterales que actúan a modo de
cinchas.
- Función amortiguadora de las presiones: La pronación fisiológica de la articulación subastragalina permite la amortiguación del impacto en la carrera.

Movimientos del pie durante el ciclo de la marcha
El ciclo de la marcha es la referencia básica en la descripción de la locomoción humana. Un ciclo es el periodo de tiempo comprendido entre dos contactos del mismo talón. Comienza cuando el talón contacta con el suelo y finaliza en el momento en el que el mismo talón contacta en el paso siguiente.
El ciclo de la marcha se divide en fase de apoyo, cuando al menos uno de los pies se encuentra en contacto con el suelo, y fase aérea, de balanceo, o de oscilación cuando el pie se encuentra en el aire. Cuanto más rápida sea la carrera menor será la fase de apoyo y mayor la fase aérea. Cuando andamos siempre hay un pie en contacto con el suelo, mientras que en la carrera de velocidad hay un momento en el que ambos pies se encuentran en el aire.

Fase de apoyo

1. Periodo de contacto.

Comienza con el apoyo del talón y finaliza con el despegue del antepié, en este momento la cadera está ligeramente flexionada, la rodilla casi extendida y el pie invertido hacia su cara externa, teniendo que soportar por un lado el peso de nuestro cuerpo multiplicado y por otro la fuerza reactiva del suelo sobre el hueso calcáneo, que resiste gracias a la disposición de sus trabéculas óseas.


La musculatura anterior de la pierna, principalmente el músculo tibial anterior, tendrá que realizar una contracción excéntrica para ralentizar y amortiguar la caída del pie sobre el suelo, resaltando el papel del astrágalo como repartidor de presiones hacia los huesos del mediopié que se encuentran por delante de él, escafoides, cuboides y las tres cuñas.
 Durante todo el periodo de contacto la articulación del tobillo irá rotando hacia el lado interno del pie –pronación- con la finalidad de absorber el choque y adaptarse lo más eficazmente posible al terreno. Esta amortiguación la realiza el hueso astrágalo combinando los movimientos de adución y flexión plantar, movimientos hacia adentro y abajo.
Esta es una consideración extremadamente importante si tenemos en cuenta que un corredor realiza aproximadamente 10.000 impactos por cada 10 Km recorridos, absorbiendo más de 1.000 toneladas de presión.
Por tanto será de vital importancia el normalizar cualquier desalineación o dismetría, ya que esto producirá un estrés a lo largo de todo el aparato locomotor, miembro inferior, cadera,  pelvis y columna vertebral.
Este movimiento del tobillo hacia dentro-pronación-, arrastra a la Tibia y a la Rodilla hacia rotación interna y la flexión de esta última que a su vez provocará un desplazamiento de la pelvis hacia delante aumentando a su vez la curvatura de la columna lumbar-hiperlordosis-. La flexión de la rodilla favorece la contracción del músculo cuadriceps que interviene en la ayuda para amortiguar el impacto.
Por otra parte el descenso del arco del pie durante el apoyo sobre el suelo favorece un mecanismo de retorno de energía principalmente en la musculatura de la planta del pie que será liberada más tarde de forma elástica, con efecto de resorte, para hacer más eficaz la carrera.
Al iniciarse el contacto del talón sobre el suelo el antepié se encuentra supinado, hacia fuera, pero a medida que va adelantándose el momento de apoyo éste se va pronando, hacia adentro, para terminar despegando del suelo por el primer dedo.

2. Periodo de apoyo completo o medio apoyo.
Comienza con el apoyo del antepié y finaliza cuando se levanta el talón.


Durante este periodo el pie pasa de ser un adaptador móvil en el periodo de contacto, para absorber el impacto, a una palanca rígida necesaria para la propulsión o despegue del suelo. Este trabajo se ve favorecido por el impulso que ejerce hacia delante la otra pierna, favorecida por el trabajo de los músculos aductores.
Para que se produzca el cambio de apoyo desde talón a antepié es necesario el bloqueo de los huesos del mediopié y para ello es necesaria una fuerte contracción de los músculos y la acción de los ligamentos implicados en esa tarea, principalmente la musculatura de la plantar del pie y la fascia plantar, cuya inflamación es una de las lesiones más frecuente y difícil de tratar, la conocida fascitis plantar.

3. Periodo propulsivo.
Comienza en el momento en el que el talón se levanta y termina en el despegue digital, aunque son muchas las acciones responsables de producir el despegue del talón, el principal músculo implicado en esta acción será el soleo y los gemelos. La fascia plantar fijará los metatarsianos y dedos contra el suelo en un intento de tratar de agarrarse al mismo. Los músculos peroneos situados en la cara lateral externa del pie actuan como cinchas estabilizadoras al igual que el músculo tibial posterior que discurre por la cara interna.


El despegue en condiciones normales se producirá por el primer metatarsiano que tiene el doble de grosor que el resto y 4 veces más fuerza para acometer este complicado trabajo, ayudado por dos huesos sesamoideos  que hacen la función de pequeñas rótulas para mejorar el brazo de palanca de los músculos que en ellos se insertan.
Un corredor velocista realizará toda la prueba apoyándose mayoritariamente sobre las dos primeras cabezas metatarsales.

Fase de balanceo
Comienza en el despegue de los dedos y termina en el contacto de talón. La función primordial del pie y el tobillo durante esta fase es la de permitir la suficiente flexión del antepié hacia arriba para superar el suelo y colocar las articulaciones para amortiguar de forma más efectiva las fuerzas de impacto en el siguiente contacto del talón.
El control neuromotor del movimiento en la fase de balanceo es instintivo mientras que durante la fase de apoyo es el resultado del aprendizaje.
 La superación del suelo por parte del antepié se produce por la flexión de la rodilla y la cadera y por la contracción concéntrica de la musculatura del compartimiento anterior de la pierna, extensor común de los dedos, extensor propio del primer dedo, peroneo anterior y tibial anterior.
En la carrera de velocidad los músculos gemelos, soleo, vasto externo y glúteo mayor entre otros, se vuelven hiperactivos en un esfuerzo por amortiguar más eficazmente al percibir el aumento de las fuerzas reactivas del suelo.