El pie se comporta como una bomba venosa en su región plantar (Figura 1), favoreciendo junto con el Soleo y Gemelos (Triceps Sural) el
correcto retorno venoso.
Figura 1 |
El retorno venoso de los miembros inferiores está favorecido por la dinámica muscular del pie y los músculos posteriores de la pierna, denominada bomba venosa de Bauer (Figura 2), ambos sistemas forman un drenaje venoso ascendente.
Figura 2 |
Al caminar, se vacían a cada paso las venas
plantares, complejo venoso conocido como suela venosa de Lejars (Figura 3).
Figura 3 |
ESTUDIO DE LA FASES DE LA MARCHA Y SU RELACIÓN CON EL DRENAJE VENOSO
Fase de apoyo de
talón:
Es
importante tener una cantidad mínima de grasa plantar en el talón (Figura 3A) para que actúe
de compresor y así mejorar el empuje de la sangre en sentido craneal (ascendente), si no es así deberíamos ayudar con materiales de ese tipo en las
plantillas para incrementar el tránsito venoso a nivel del talón en el impacto
de éste contra el suelo.
Fase de apoyo medio plantar:
Se
presiona la vena plantar externa desplazando el retorno venoso hasta el talón.
(Figura 3B)
Fase de despegue:
Un
correcto despegue por el borde interno del pie, más concretamente por el primer
dedo permitirá un retorno venoso más poderoso. (Figura 3C) Si algo no funciona
correctamente en esta fase de la marcha, frecuentemente una insuficiencia del
primer radio, se dificultará el retorno venoso hacia la vena tibial posterior.
PATOLOGÍAS QUE FAVORECEN
UNA MALA FUNCIÓN VENOSA
Dismetría:
Un
miembro más corto que otro hace que varíen las presiones y las cargas de los
pies, y la red venosa y dinámica del paso no funcionen correctamente.
Pie plano valgo (pronado):
El
aplanamiento o pronación del pie generan un fracaso de la red venosa plantar.
Las plantillas controlan el exceso de pronación, estabilizan el pie y mejoran
el apoyo. Un correcto apoyo a nivel del arco longitudinal es fundamental para
facilitar el mecanismo de funcionamiento de la bomba plantar.
Pie Cavo:
Sufre
una escasa activación muscular tanto por el apoyo del talón con excesiva
violencia y poca grasa plantar, así como poca actividad muscular a nivel de la
pierna. Las plantillas mejoran el apoyo del talón, e incrementa el
funcionamiento de la bomba venosa plantar mediante el contacto íntimo con el
arco longitudinal interno de la plantilla.
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